Una de las bases del coaching es el hecho de que nos tenemos que responsabilizar de nuestro futuro. Cualquier meta que nos pongamos tiene que depender de nosotros o difícilmente se logrará.
Los ámbitos, (término que aprendí de mi colega Ronit Aron) son la clasificación en la que podemos dividir lo que nos sucede en la vida. Todo lo que nos afecta. Básicamente son tres los ámbitos.
El primer ámbito es el de los factores externos. Éste comprende todo lo que sucede a nuestro alrededor pero que no es imputable a nosotros o a gente cercana a nosotros. Ejemplos de estos son los temblores, el coronavirus, las devaluaciones de la moneda, etc.
Nos afectan pero no los podemos controlar.
El segundo ámbito es el de otras personas. Se refiere a personas con las que interactuamos cómo nuestras familias, clientes, proveedores o socios. En realidad tampoco podemos controlar lo que hacen. Podemos tratar de influir pero al final cada quien hace lo que le parece y le conviene. Esto se llama libre alvedrío.
Por último está el ámbito del Yo. Es el único que podemos controlar. Lo único que podemos hacer en la vida es decidir qué hacer y asumir las consecuencias. También depende de nosotros decidir cómo reaccionar ante los factores externos y lo que hacen las demás personas.
Mientras entendamos esto, vamos a ser capaces de vivir una vida plena y vamos a saber imponernos metas que únicamente dependan de nosotros confiando en que si hacemos las cosas de manera correcta, los demás factores jugarán en nuestro beneficio.
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